18 de enero de 2014

Praga II: Barrio Judio Josefov

El día empezó pronto, en la estación de autobuses de Florence, con la idea de visitar en el día a Karlovy Vary. Nuestra sorpresa fue cuando en la ventanilla nos dicen que hay billetes para ir pero no para volver... Así que volvemos a la plaza del ayuntamiento para continuar al norte de Stare Mesto por la calle Parizská  llegando hasta el Barrio Judío. Una visita imprescindible para acercarte a una parte fundamental de la historia de la ciudad.

El Barrio Judío de Praga, conocido como Josefov, tiene su origen en el siglo X cuando se unieron las dos comunidades judías existentes, una ubicada alrededor de la Sinagoga Staronová (Vieja-Nueva) y la otra en la Sinagoga Española.

Josefov era un barrio marginal hasta el final del siglo XIX en el que se demolieron gran parte de la Judería y se construyeron edificios de estilo Art Nouveau. Durante la Segunda Guerra Mundial , mientras que la mayoría de las comunidades judías del país estaban siendo arrasadas por los nazis, la comunidad judía de Praga se mantuvo en pie conservando su riqueza. El objetivo de Hitler era preservar el barrio judío para que fuese  "El Museo de la extinción de la raza judía".

Los principales puntos de interés de Josefov son las seis sinagogas (Sinagoga Vieja-Nueva, Sinagoga Maisel, la Sinagoga Española, Sinagoga Pinkas,  Sinagoga Klaus, sinagoga alta), el Viejo Cementerio Judío y la sala de Ceremonias.
Las entrada se pueden comprar en cualquiera de las sinagogas o el cementerio (Sinagogas + cementerio = 200Kc (8€) para adultos son 300kc, la entrada para la sinagoga vieja-nueva es por separado, 200Kc), así que si hay cola en una, puedes ir a otra. Los horarios en verano son de 10 a 18 horas.

Comenzamos visitando la sinagoga Klaus, barroca de finales del siglo XVII y redecorada en 1880. Actualmente contiene una interesante muestra de grabados y manuscritos originales en hebreo, junto a una exposición de las tradiciones y costumbres judías. También destacan dibujos de los niños del campo de concentración de Terezín.

En el otro lado de la manzana, situada en la entrada del Cementerio Judío, se encuentra la sinagoga Pinkas. Construida en 1479, es impactante ver en sus paredes las inscripciones de los nombres de los 77.297 judíos checoslovacos asesinados por los nazis. Al igual que en la sinagoga Klaus encontramos los dibujos de los niños del campo de concentración de Terezín, reflejando los horrores que pasaron.




















El cementerio judío tiene su origen en el siglo XV (la primera lápida, de Avigdor Karo, data de 1439) y el último entierro tuvo lugar en 1787. Durante estos 300 años el gobierno checo solo permitía enterramientos judíos en este recinto, por lo que debido a la falta de espacio, los cuerpos se enterraban unos encima de otros (llegando a encontrarse hasta 12 apilados). A día de hoy se pueden ver más de 12.000 lápidas y se estima que puede haber enterradas unas 100.000 personas. Destacar también que aquí podemos encontrar los restos del escritor Franz Kafka.




















A la salida del cementerio encontramos la Sala Ceremonial, que estaba cerrada por mantenimiento. Edificio construido en estilo neorománico en 1912, en el que se exponen las tradiciones y costumbres judías, concretamente los temas de la enfermedad, la medicina y la muerte.











































La sinagoga Vieja-Nueva es la sinagoga más antigua en uso de Europa, construida en 1270 en estilo gótico. Actualmente sigue siendo un lugar de culto y oración. No accedimos a su interior, sólo la vimos por fuera, ya que había una gran cola para entrar.











































Frente a la sinagoga Vieja-Nueva esta la sinagoga Alta, construida en el siglo XVI financiada por Mordechai Maisel. Recibe el nombre porque tiene dos plantas, en las que alberga una colección de telas, cortinas y objetos de plata.

Subiendo por la calle Siroká, llegamos hasta la impresionante Sinagoga Española. Construida en 1868, recibe este nombre debido a su decoración morisca, recordando a La Alhambra de Granada, en ocasiones parece que te encuentras en una mezquita y no en una sinagoga. En el segundo piso hay una exposición sobre los judíos más famosos del último siglo. 

Frente a la Sinagoga Española se encuentra esta alta estatua de bronce dedicada a Franz Kafka. Se trata de una figura sin manos, pies ni cabeza en la que Kafka está sobre sus hombros






















Finalizamos la visita al barrio judío con la sinagoga Maisel. Construida a finales del siglo XVI, fue reconstruida en estilo barroco tras el incendio que sufrió en el siglo XVII y a finales del siglo XIX volvió a ser remodelada en estilo neogótico. Desde 1960 guarda una valiosa colección de objetos relacionados con el judaísmo.

Era ultima hora de la mañana y tras concluir la visita al barrio judío, cogimos el tranvía 17 dirección a Vysehrad, la antigua fortaleza de la ciudad, no sin antes hacer una parada para visitar la Casa Danzante. Construida en 1996 obra de los arquitectos Frank O. Gehry y Vlado Milunic, de estilo deconstructivista, inspirada en los famosos bailarines Fred Astaire y Ginger Rogers.

El edificio esta concebido como dos cuerpos centrales, una torre de cristal sostenida por pilares curvos y el segundo, paralelo al río, formado por las ventanas distribuidas de modo no alineado y las molduras que siguen un movimiento ondulante.




















Siguiendo en el tranvía 17 dos paradas, llegamos a Vysehrad, uno de los grandes desconocidos de Praga. La antigua fortaleza fue la primera sede de los príncipes premislitas desde mitad del siglo X, viviendo su mayor esplendor en la segunda mitad del siglo XI cuando el rey Vratislav II mando construir la iglesia colegial de San Pedro y San Pablo. Iglesia de estilo neogotico, ya que fue rehabilitada por el incendio que sufrió a finales del siglo XIX, en la que destacan las dos grandes torres que la coronan.






















Junto a la Basílica de San Pedro y San Pablo, en este camposanto de finales del XIX, donde descansan los héroes nacionales como el pintor Mucha junto a arquitectos y escultores y otras personalidades del país, como los músico Dvorak o Smetana, o los escritores Capek, Neruda y Nemcová.











































Volvimos a la ciudad vieja tranquilamente dando un paseo, por la calle Karlovo Namesti hasta el ayuntamiento de la ciudad nueva y de ahí por la calle Vodickova, llegamos a la Plaza Wenceslao, coronada por el Museo nacional, cerrado por reformas.





















Paseando por la ciudad vieja nos topamos con multitud de tiendas de marionetas, típicas de república Checa, pero muchas de ellas no son hechas a mano, sino made in China. En una de las calles no muy transitadas encontramos una tienda que hacían las marionetas de forma artesanal, en ocasiones se puede ver alli a la señora trabajando en sus pequeñas obras de arte. Era una maravilla, todo lleno de multitud de marionetas de diferentes tamaños, temáticas, acabados....

Aprovechamos un momento de descanso para probar el Trdelník, dulce típico checo, que tienen forma de tubo hueco, con mucho mucho azúcar.












































A media tarde llegamos al río Moldava, más concretamente a la isla Slovansky, donde alquilamos una pedalera con hamaca (una hora por 250 kc/10 €). Un paseo agradable, limitado por las dos cascadas del rio, en el que se tiene una visión diferente y divertida de la ciudad.









































Al anochecer, con ese cielo azul característico de Centroeuropa, subimos a la Torre del puente de la ciudad vieja, donde las vistas del palacio y del puente Carlos son impresionantes. (precio 55Kc=2.20€)




















Para concluir la estancia en Praga recomendar el restaurante Club Arkitecture de precios económicos, buen servicio y una gran variedad de comida, desde comida internacional a comida típica checa.

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